El reciclaje PET se transformó, a fuerza de trabajo y progreso, en una de las piedras fundamentales de la industria del plástico. Sus distintos procesos (que incluyen la separación, recolección, clasificación y re-procesamiento) están cuidadosamente ordenados y sincronizados para optimizar al máximo este recurso.

Esto fue posible gracias a la experiencia: la crisis global del petróleo en 2013 obligó a productores y recicladores a repensar el negocio y a reinventarse para no quedarse afuera. Esto generó una nueva esfera donde se amplió la gama de productos y se perfeccionó el reciclaje.

Como indica esta nota, se generó una economía circular que genera, al mismo tiempo, una nueva ola de desafíos y oportunidades para todos los actores de la industria. Por eso, es fundamental cerrar un ciclo de producto que tenga soporte en todas sus patas y generar así fabricantes conscientes y consumidores receptivos.