Estudiantes mexicanas del Tecnológico de Monterrey han desarrollado un bioplástico a base de cáscara de mango. El objetivo de las investigadoras es contribuir con la reducción de residuos plásticos mediante la creación de un componente biodegradable.
Para ello, combinaron los residuos del magno con almidón y lograron desarrollar un biopolímero resistente y flexible capaz de degradarse en tan solo seis meses. En un principio, están utilizando este polímero para la fabricación de platos desechables. El costo de producción de los platos con este nuevo material podría ser un 80% menor que los de plástico convencional.
Monterrey es uno de los principales exportadores de mango de México, por lo que ahora las estudiantes se encuentran en la búsqueda de un proveedor de desechos de esta fruta para lograr la aplicación comercial de su descubrimiento. En la nota pueden conocer más acerca de este proyecto.