Las bolsas plásticas, muy habituales en supermercados y locales, son uno de los grandes desafíos para la industria. En Argentina, por ejemplo, se prohibieron y se reemplazaron por bolsas de tela reutilizable.

Pero Uruguay quiere dar un paso más hacia adelante. Por eso, la empresa “No soy plástico” comenzará a fabricar en breve bolsas biodegradables que se convertirán en abono para la tierra. Además, en contacto con el agua se desintegran y, por si fuera poco, son comestibles, todo con el objetivo de reducir el impacto ambiental.

Como detalla esta nota, el producto está avalado por una nueva ley sancionada por el Parlamento uruguayo que fomenta el uso de bolsas sustentables. En un país donde circulan 1200 millones de bolsas al año, la revolución plástica toma un nuevo rumbo para ayudar al planeta Tierra.