Cada año se producen toneladas de desechos vegetales como resultado de procesos agroindustriales. El tratamiento de estos residuos puede convertirse en un grave problema que repercutirá negativamente en el medio ambiente. Debido a esta situación, científicos mexicanos se propusieron reutilizar estos desechos para crear bioplásticos.

Finalmente lograron su objetivo utilizando la cáscara del tomate. A partir de esta, fueron capaces de obtener monómeros aplicables en la síntesis de polímeros. Los compuestos logrados son biodegradables y pueden ser aprovechados por todo tipo de sectores, como el médico o el alimenticio, entre otros.

En la nota encontrarán más información acerca del proceso y los beneficios que conlleva. Un proyecto que contribuirá a resolver el problema de la contaminación y la superproducción de residuos vegetales.