Científicos de la Universidad de Guadalajara han desarrollado un método para crear biopolímeros mediante esta fruta tropical. Muchas veces, el mango se convierte en un desecho debido a que no cumple con los controles de calidad para su consumo, por lo que este nuevo uso permitiría aprovecharlo al máximo.

El proceso consiste en alimentar a un cultivo de bacterias con pulpa de mango. La cantidad de azúcar de esta fruta la convierte en un candidato ideal para esta tarea. Una vez los microorganismos consumen la fruta, producen una capa de celulosa biocompatible, no tóxica y económica. Este nuevo método permite reducir en un 65% el costo de producción de este biopolímero.

En la nota se destaca su posible uso para el sector salud, ya que se trata de un material de alta pureza. Además, tiene una alta capacidad de retención de fluidos por lo que podría usarse para tratamientos en la piel, como por ejemplo ayudar a la regeneración o cicatrización de heridas.